Sinergia que Trasciende
Para Andrés Díaz Larios, colaborador en Allenza, el cabildeo es necesario para la toma de decisiones informada, pues puede ser determinante para el buen funcionamiento democrático.
Seguramente les sonarán éxitos en pantalla como: House of Cards, Thank you for smoking, o libros como la Rebelión del Atlas. Lo que tienen en común estos títulos, es que todos abordan el tema del poder que tienen los grupos de interés, los cuales a través del cabildeo han cambiado el rumbo de la toma de decisiones.
El cabildeo o lobbying, lo podemos definir como la “intención de influir en los tomadores de decisiones políticas y en los diseñadores de políticas públicas, con el propósito de que dichas decisiones sean benéficas a un grupo de poder” (Gimate, Welsh: 2016).
De aquí podemos desprender dos ideas principales: la primera es que, el cabildeo se refiere a influir en cuestiones de orden público y la segunda es que hay personas específicas para realizar estas acciones. Esto trae como consecuencia que se tengan que abordar temas como la ética y la transparencia, puesto que se vuelven personas que influyen en lo público. Una realidad también es, que dotan de información a las personas que van a tomar decisiones que impactan a toda la población.
El cabildeo se relaciona directamente con el derecho de petición, el cual tiene su origen en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Llegó a ser tanta la cantidad de personas en el “Lobby” del Senado, representando a particulares, que el presidente Roosevelt, se vio obligado a empezarlas a regular.
Aunado a esto, la evolución que han tenido los estados democráticos, donde se han acentuado los diferentes grupos de interés, también ha obligado a que todos los países pongan más atención en la influencia que tienen estos grupos en el cambio de decisiones de los servidores públicos, particularmente los que conforman los congresos o parlamentos
En el caso de México, empezó a desarrollarse, cuando el partido hegemónico dejó de tener la mayoría absoluta. Fue entonces cuando cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad civil, proveedores, sindicatos, entre otros grupos de interés empezaron a buscar directamente a todas las bancadas partidistas. Sin embargo, el crecimiento de estas personas, empezó a ser desproporcionado, sin reglamentación y poco transparente
Fue así como las Cámara Empresariales, empezaron a crear áreas denominadas de cabildeo o de enlace legislativo, declarando abiertamente la necesidad de tener un área que se dedicara a promover sus intereses con los actores públicos. En 2001 se creó La Asociación Nacional de Profesionales del Cabildeo y en 2002 se creó la Subsecretaría de Enlace Legislativo, en la Secretaría de Gobernación.
Fue en la legislatura LVIII que se empezó a abrir el debate para hacer una ley de cabildeo. Pero fue sino hasta 2011 que se regula por primera vez con el: Reglamento Interno de la Cámara de Diputados, dicha normatividad contemplaba el registro de cabilderos, aunque era limitado ya que no se podía saber quiénes eran. A partir de ahí se han dado importantes avances, como los registros abiertos y reglas de operación en los recintos, pero aún sigue pendiente una ley que regule la actividad del cabildeo.
El cabildeo es una actividad importante para el desarrollo de muchas actividades, y es necesaria para poder dar a conocer temas específicos. Frente a la realidad que se vive actualmente en México, la toma de decisiones informada por parte de los tomadores de decisiones, puede ser determinante para el buen funcionamiento democrático.